Kuala Lumpur, o KL como la llaman los malayos es la capital de Malasia. Es una ciudad grande y bulliciosa, llena de coches que van y vienen. Si tuviera que adivinar en que ciudad me encuentro, no sabría decir si en una ciudad India, Árabe o China, porque tiene tanta mezcla de culturas y de gente que quizás es lo que la hace fascinante.
El viaje en bus fue de 7h, contando las dos veces que bajamos para que nos sellen el pasaporte, la primera para salir de Singapore y la segunda para entrar en Malasia. Entre país y país no hay más que un puente de 10 minutos. Desde un extremo del puente se puede ver perfectamente el otro país.
La calle del Ocean Palms Guest House (8,50€ por noche) no aparece en mi mapa, así que me costo lo suyo encontrarlo. El hotel normal, nada especial. Una habitación para mi sola con AC y sin ventana. Con paredes de papel que se escuchaba hasta las flatulencias del vecino de al lado. Tenía desayuno incluido y wifi en mi habitación.
Por la tarde/noche me fui a cenar a chinatown, ya lo decían en Internet que por la noche había mucho ambiente en este barrio, así que me senté a cenar en medio del bullicio en una mesa a pie de calle y en la mesa de al lado había un Australiano con su pareja, que me ofreció sentarme en su mesa. Así que mientras la mujer se iba de compras, nos quedamos hablando. Me paso varios datos que me vinieron fenomenal porque ando sin guía:
- Coger un taxi para visitar “Batu caves” a 20 minutos a las afueras de KL (70 ringgit)
- Coger un taxi por una hora para recorrer la ciudad (50 ringgit)
- Ir a primera hora del día a las “Petronas” para poder subir, es gratis.
En la mañana del primer día salí rumbo a las Petronas (como no podía ser menos siendo las torres mas altas del mundo, el arquitecto que las diseño es un Argentino ;-) , y después de hacer una cola de más de una hora, me dieron un horario, el ultimo que había, a las 15.45h, pero tuve mucha suerte y el de la puerta me dijo si quería ir en ese momento, no se por qué, pero ni me lo pensé y entre. En el ascensor se me taparon los oídos, subimos 41 plantas en 2 min. La vista está bien, no mata, fue mas bonita la sensación de saber que estaba dentro de las torres que la vista en si.
El resto del día me dedique a pasear y pasear. Volví al hotel a descansar y por la tarde noche salí a cenar de nuevo a chinatown. Un vendedor me reconoció, supo que había estado la noche anterior, y nos quedamos charlando durante la cena... quien dijo que viajar sola es aburrido??
Aquí la gente se sorprende porque viajo sola, en cambio en Australia conocimos a mas chicas que viajan solas que acompañadas. Pero tiene su ventaja, todo el mundo te habla y te ayuda, aunque hay que decirlo, a pesar de ser un país asiático, viajar por Malasia es muy fácil.
El segundo día cogí un taxi en el hotel de la esquina y me fui a visitar Batu caves. Negocié 120 rin pero incluía la visita a dos fabricas y a una cascada. El taxista indio fue genial, hizo de guía y me acompaño y espero en todas las paradas.
Batu caves es un templo Indio dentro de una cueva enorme. Es impresionantemente grande.
Al final le ofrecí al taxista 30 rin más para que me lleve a recorrer la ciudad, así que anduvimos una hora más visitando los sitios que me faltaban por ver. En total estuve casi 4 horas, me dejo en el hotel a las 13.30h.
Por la tarde fui a un centro comercial, a pasear, lo mas friki que vi en mi vida, me sentí en el mundo de Kitty!!!
La ultima noche cene el mejor pollo dulce con arroz de mi vida, en el restaurante de la esquina de mi hotel.
A la vuelta, comentándole al recepcionista que al día siguiente salía para Melaka, me oyó un chico, Markus (un suizo que viaja por el mundo y se conoce américa latina como la palma de su mano) y coincidió que él también iba mañana, así que quedamos en encontrarlos en el desayuno para ir juntos hasta la estación de bus.
Melaka
Cogimos el bus de las 10h rumbo a Melaka, dirección sur. Solo son 2 horas de viaje.
Llegamos y cogimos un bus local que tardo 5 minutos hasta el barrio antiguo, donde tenía reservado mi hotel.
Me recibió Sam, el chico que lleva esta pequeña y acogedora Jala – Jalan Guest House (4,50€ por noche). Markus se fue al hotel que le había recomendado un amigo, que casualmente estaba ubicado al lado del mio.
Dejamos las cosas y salimos a comer. Volví a la habitación para intentar dormir (la ultima noche en KL dormí 2 horas, no me podía dormir, a veces es lo malo que tiene tener Internet, me cuelgo demasiado!!)
No pude dormir la siesta, pero se estaba muy bien con el ventilador y encima a las 17h callo una lluvia de verano terrible, de esas que tanto me gustan a mi ;-) así que cogí el paraguas y salí a andar.
Melaka es preciosa, es el pueblo más antiguo de Malasia, tiene un encanto especial, siento que estoy en china hace 100 años atrás. Encima con las luces, la lluvia , las calles estrechas y el aroma a incienso por todos lados, la hacía aun mas especial. Es justo lo que buscaba después de estar en una ciudad tan ruidosa como KL, pasar los 4 últimos días en un sitio como este, donde la gente en la calle te saluda, te habla, te sonríe.
Pase a buscar a Markus y nos fuimos a cenar y a tomar algo. Paseamos por el pueblo y volvimos bastante tarde, no había ni un alma por la calle.
En el hotel ya nos conocemos todos, Sam, Cristian un chico Alemán que vive en China, otro chico español que vive viajando, etc... esto es viajar, conocer gente nueva.
Y mis días en Melaka no son más que paseos, siestas a medio día y más paseos por la tarde cuando el sol nos deja volver a salir y no nos ahoga.
Mañana, viernes 18, salgo otra vez para Singapore, pasaré 48 horas allí y el domingo por la tarde llego a Tailandia, donde me encuentro con mi amor. Así que estaré 3 semanas out ;-)
Kuala Lumpur |
Melaka |